Iris ha perdido a sus padres, a los que estaba muy unida. Sin darse cuenta, se encamina a la estación de tren. Está apunto de tirarse a la vía cuando un niño la sorprende y se da cuenta de lo que ha estado a punto de hacer.
Pensando en lo ocurrido, se dirige de vuelta a casa cuando se fija en una cafetería a la que nunca había prestado atención: "el mejor lugar del mundo es aquí mismo".
Allí conocerá a Luca quién le explicará que en aquella cafetería cada mesa tiene una lección que enseñar. Iris se va enamorando de él pero una tarde Luca desaparece. Iris se decide a buscarle, en su búsqueda, descubrirá algo que cambiará su vida por completo.
Creo que además de una buena historia, el libro nos da una lección de positivismo. Se trata de una oda a la felicidad hecha libro. Es una historia que te hace reflexionar, verdaderamente te hace plantearte las cosas de otra manera.
Merece la pena leerlo.
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